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CHC Coria Basket. Temporada 2019-2020
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domingo, 8 de marzo de 2015

SOY MARATONIANO... LA CRÓNICA



La ocasión merecía una crónica. Cierto es también que por el hecho de hacer una maratón he recibido más felicitaciones que por terminar la Universidad, supongo que serán las redes sociales.

Tardé en llegar a Sevilla, y hasta la tarde no aparecí en el lugar donde al día siguiente iba a poner a prueba si el tiempo de preparación y sacrificio que arrastraba iba a ser s...uficiente para el reto marcado.

Después de alojados, error al coger el autobús, con un niño pequeño y un carro, y una densidad de personas que se iba incrementando a medida que las paradas se iban aproximando a la Feria donde se repartían los dorsales y demás artículos de la maratón, hacía que acabasen gotas de sudor por mi frente.

Cuando volvemos al hotel, las circunstancias hacen que no salga con el resto de Zapatones a cenar, y me conforme con un bocadillo de bacon y queso, mientras que un aparente corredor sentado al lado pedía ensalada de pollo… está claro que mi programa alimenticio no ha sido tan estricto como dicen las recomendaciones.

Mario se hace de rogar para dormir, y me empiezo a poner nervioso porque las habitaciones colindantes pueden verse también afectadas. Afortunadamente, a las 23h, todos dormimos a sabiendas que de que a la mañana siguiente ya estaremos metidos en la maratón.

Como es de esperar, esa incertidumbre de la que hablé en la radio, esa ansiedad de que llegue el momento y esos nervios que ya empiezan a vibrar en mi cuerpo, hace que a las 4h30 ya esté despierto. El hecho de seguir en la cama no deja de ser un mero trámite de que no me voy a levantar hasta las 6h45, pero no vuelvo a perder la conciencia por el sueño.

Me levanto antes, y como tengo tiempo, me preparo para la carrera: piratas, dorsal en la camiseta, zapatillas, geles, Radiosalil (hacía tiempo que no era compañero de viaje, pero es una carrera muy larga), …

Bajo a desayunar, a Ana la veo rápido, y pronto llega Frasco. Raúl no tardará en aparecer. Desayuno lo habitual, como dicen los manuales, pero incremento una pieza más de fruta. Comentamos los watsapp y mensajes en las redes sociales que empiezan a llegar de apoyo… nuestra prueba ha tenido amplio conocimiento. Hablamos de los preparativos, y me doy cuenta que con 2 geles creo que va a ser insuficiente... he de tomar alguno de los que dan en la prueba, será el último por si acaso. 16 – 25 – 34 km es la programación.

Tras subir a la habitación, y la aplicación de vaselina en dedos de los pies, ya no queda otra cosa que bajar. Frasco espera, disciplina marcial la suya; No sabemos si esperar dentro o fuera del hotel, pero hace frío. Ana no tarda en llegar y Raúl vuelve a ser el último, aunque advertido de que no lleva la pulsera de la carrera vuelve rápido a la habitación, ante la mirada sonriente de un corredor que también espera.

Salimos y cuando llega el autobús montamos rápido. La salida se alarga tanto que los corredores empiezan “chofer vamonooos, chofer vamonooos”… Los corredores miran a la nada, algunos hablan entre ellos, nosotros 4 también lo hacemos, aunque Frasco es el que lleva la voz cantante… “yo para llegar mal, no vengo”… o algo así… incertidumbre en cómo llegaré, y en que yo puedo llegar muy tocado… las imágenes de la maratón de ¿? de una corredora de color llegando de rodillas impresionaron, y muchos me lo recordaron antes de ir a Sevilla.

El camino a la salida no es muy largo, pronto vemos como la densidad de colores llamativos de las camisetas va aumentando a medida que estamos más cerca… ya se empieza a ver mucha gente… el autobús para y es preciso que andemos un rato.

Hace frío, ya estamos con la ligera indumentaria para correr, y es temprano, con lo que hace fresquillo. Nos damos cuenta de que algunos corredores se han puesto grandes bolsas de basura como abrigo desechable. Bien pensado… tomar nota para la próxima.

 

 Tras un recorrido por toda la salida, volvemos hacia nuestros cajones de salida… y ya nos vamos separando a medida vamos pasando por los que nos han asignado…Raúl a uno, Frasco a otro, Ana a otro y Joserra, con el que había quedado para salir juntos, y yo en otro… Antes grandes abrazos como el que va a torear. Estamos dentro, ya sólo queda esperar.

El corredor de al lado tiene las mismas zapatillas que yo… las mías más limpias, hice bien en lavarlas antes.

ACDC suena inmediatamente antes de la salida, es esa música que es habitual escuchar antes de los pistoletazos, supongo que transmite ganas, … es el momento en que aplaudo, quizás más para quitar nervios.

No recuerdo si escuché el pistoletazo de salida, mi altura me permite ver como las camisetas de colores llamativos empiezan a avanzar… en un par de minutos estamos andando… muy juntos todos los corredores; los primeros pasos son prudentes, la gente grita, anima, y los nervios siguen vibrando por mis brazos.

Mucha gente con palos y cámaras para grabarse. Vamos despacio, no hay problema. Joserra al lado, él ya es veterano, yo novel… Los huecos van apareciendo entre los corredores, aunque adelantar se hace a base de sortear. Es el momento en que te empiezas a hacer un sitio en el pelotón.

A 6”… no está mal, estamos en el primer kilómetro, y es el de desengrase. Joserra está prudente… físicamente ha estado los últimos meses mejor que yo… hasta mi lesión yo estaba bien… cuando volví de la lesión él ya había alcanzado un nivel muy superior… ahora él es el que ha roto su forma por su lesión: lástima, los últimos entrenamientos era un cohete.

Me llama la atención la forma de correr de un corredor… me doy cuenta que tiene un lado prácticamente paralizado, y cada zancada no se acompaña con el movimiento de un brazo encogido… en estas carreras hay muchos ganadores, y él es uno de ellos.

Los primeros kilómetros se nos van pasando deprisa… 5m43, km 3. Vamos cogiendo ritmo poco a poco, hemos llegado a donde yo quería, no más deprisa, no más despacio.

La verdad que todo es llano, avenidas amplias, hay gente a pesar de que dijeron que Sevilla no tenía mucha afición… Pasamos por el primer avituallamiento, cojo una botella de agua y me la quedo… me estoy acostumbrando a correr con ella en la mano.

Parece que nos estamos metiendo en el centro de la capital hispalense, aspecto de calles más principales, hay gente con carteles que animan a algún corredor… banderas… cuando los corredores llegan a algún conocido se gritan, se animan, alguno prácticamente se tira sobre ellos… Joserra: “después de ese momento de gloria ya os podéis ir”… hay buen rollo entre los corredores.

Nos cruzamos con la familia de Joserra, la verdad es que da la sensación que vamos a la guerra, a una batalla contra nosotros mismos… seguimos juntos a pesar de que también debió abrazarse a ellos… antes de un repecho “que no figuraba en el plano”.

Hay grupos musicales distribuidos por el recorrido que animan y tocan, eso está muy bien, te pone las pilas y da un ambiente festivo a la carrera. Bajo la Torre del Oro, unos intentan seguir unos compases con sus instrumentos.

Vamos a la velocidad de crucero programada por mí… no hago por esforzarme… queda mucho.
 

 Nos van adelantando y vamos adelantando… “Suerte!… nos hemos visto esta mañana en el Hotel”… me dice el corredor que sonrió cuando Raúl tuvo que subir a por la pulsera… es de Ciudad Real, hablamos con ellos… La chica que va con él, también es novata en estos eventos.
Badajoz, Las Vegas Bajas, … son algunas de las camisetas que reconozco… Pero a la altura del km. 8, veo una que me llega sobre todas… Azul celeste con el logo de zapatones… Con Frasco y Raúl muy por encima de nosotros, se trata de Ana… nos ha adelantado y no nos hemos dado cuenta. Se lo digo a Joserra, y hago por pillarla.

Ana se ha preparado esta carrera a conciencia, sé que va a acabar, si acaso le falla el físico acabará por la ilusión que le ha puesto… con ella y con Joserra creo que esta maratón me ha unido más.

Va superbien, y me cuesta por lo menos más de un kilómetro alcanzarla… Joserra se ha separado unos metros, pero no nos perdemos de vista… Hablo con Ana, no me atrevo a decirla que quizás vamos muy deprisa...

El kilómetro 10 lo cruzamos juntos… Joserra también viene detrás. Viene chequeándose desde el principio, valorando dónde aparece alguna molestia, y me dice de alguna que parece preocuparle y que le va a atar a mí. Por mi parte, las molestias también han aparecido, la de siempre, la que llevo arrastrando desde que empezó a endurecerse la preparación y la que no he conseguido que desaparezca. Habituarse al dolor decía alguien… no va a ser suficiente para pararme… tiene que surgir alguna más para conseguirlo, y antes habrá que untarse con mi amigo Radiosalil.

La verdad que los primeros kilómetros se me han pasado volando, que no es sinónimo de que vaya muy deprisa. Empezamos a estar cerca del Hotel, Ana me lo dice alguna vez, pero no acaba de llegar… voy a su par, seguimos descontando metros.

Me advierte que va a parar en el hotel… parada técnica, “mejor que allí en ningún sitio”… eso es a la altura del kilómetro 14… yo de momento no tengo ningún indicio de tener que parar, aunque cuento con que la carrera es muy larga… cuando llegamos a la altura del hotel se despide “suerte, porque ya no te voy a volver a ver”…

Pedro y Maite están en la puerta, al primero casi que no lo veo porque le tapa la cámara con la que intenta sacarme una foto… les pregunto por Elena… “no la hemos visto”… es un punto con muchísima gente, que grita, que anima… así da gusto…

Joserra sigue unos metros por detrás, no le veo con la confianza de ponerse a mi lado… de vez en cuando miro para atrás y me da con la mano para situarse… creo que nuestros caminos empiezan a separarse… y antes del 17 ya voy solo.

Mi objetivo es llegar hasta el 34 sin pararme… sé que después lo acabaré como sea… y mantenerme por debajo de 6 hasta el 30.

Localizo a una chica de Trujillo que van con otros 2 que también lo son… me suena de vista de otras carreras, e intento mantenerme a sus espaldas…. Pronto me doy cuenta de que si lo hago me voy a castigar mucho, y queda mucha carrera, por lo que opto por no seguirlos.

“Vamos Andrés”… me giro y veo unas chicas jóvenes que me animan… pronto caigo que mi camiseta lleva mi nombre, además del dorsal… a partir de ahí, mi nombre suena muchas veces, la gente anima diciéndote tu nombre…

En el 17,5 como un poco de plátano, intento retrasar la toma del primer gel y así únicamente tener que tomar uno de los que dan en la maratón.
Estamos por un recorrido muy urbano, los tiempos los mantengo constantes, y antes de llegar a la Media Maratón en un cambio de sentido soy el único que no atrocha por la acera, mientras a las puertas de un bar hay una pelea… a lo lejos suena un coche de policía.

Por fin la Media Maratón… Música… Avituallamiento… 21 km aún por delante, hay que seguir. El balance de molestias se ha incrementado con la parte superior del gemelo, que empieza a compactarse… como no voy muy deprisa, acortando la zancada, supongo que los fusibles se mantendrán en su sitio.

Una gran recta, en torno al kilómetro 26 es el punto en el que empiezo a ser consciente de que mis tiempos empiezan a caerse… mi objetivos empiezan a decaer… No me noto un lastre, en el sentido de que adelanto igual que me adelantan… mi objetivo es el 34…

No se puede decaer, no hay otro objetivo que acabar, es mucho tiempo el que he invertido, después del esfuerzo, después de muchas otras cosas sucedidas, hay que seguir remando, avanzando entre la gente que porta banderas, con carteles… “cada kilómetro es un triunfo” dice uno de ellos…. “Vamos Andrés”…

“Vamos Andrés”… no a todos se lo dicen, otras veces me pasa, quizás la forma de correr, quizás que me sofoco más que los demás, quizás que pongo cara de sufrimiento, quizás que destaco sobre los demás, pero la gente tiende a verme siempre en un punto de sufrimiento superior al de los demás y encuentro bastantes ánimos.

Objetivo 34 superado… ahora me voy a tomar la recompensa de poder andar mientras bebo… además que únicamente dan vasos y la mitad bebo y la mitad se invierte en mi camiseta… Al puente que llevo tatuado en ella le ha llegado el agua.

Mi correr es despacito… las piernas se han convertido en enormes bloques que cuesta articular… las zancadas largas no entran en mi vocabulario… pero no hay paradas posibles salvo las programadas… “Hasta el campo del Betis y luego ya volvéis”…
Cuando llegamos al campo bético tomamos una larga recta, larga y aburrida…. Para finalmente encarar hacia la Plaza de España, donde un poco antes me anima Mercedes, la mujer de Joserra… Qué tal le irá? Si ella está allí es porque él sigue en carrera…

Cruzamos la Plaza de España, donde hay gente… “Vamos Andrés…”…. El grupo musical no toca… está como afinando los instrumentos, con lo que me quedo sin ese plus que me da la música… en un circuito que bordeamos la plaza.

Voy adelantando y me van adelantando…. Hay muchos corredores que ya andan, yo me limito a mi programa… únicamente andar cuando bebo, estrictamente, hay muchos motivos para no relajarme más… Voy acercándome a una corredora que corre muy encogida… la gente la anima especialmente a ella, cuando la alcanzo, veo que se trata de una mujer supermayor… no menos de 67-68 años… es otra triunfadora.

Estamos en el centro de Sevilla, creo, y apenas la gente da un par de metros para formar un pasillo entre el que pasamos… gritos, ánimos…. “¡¡¡¡¡Ole por esos corredores de cuerpos grandes!!!!” me dice una chica… me hace gracia… alguien reconoce que yo no tengo las mismas posibilidades que la mayoría… estamos en el 38… 4 km…

Un par de kilómetros de esos son aburridos, poca gente, por unos lugares un poco apartados, o a mí me da esa sensación, pero la satisfacción de que voy comiendo metros…

El Estadio de la Cartuja está cerca, los músculos me van a aguantar aunque algún fusible está a punto de estallar…. No fuerces, de respiración bien, pero las piernas son pilares de granito que sustentan el puente que llevo encima.

El último kilómetro entre poca gente y entre algún corredor que ya está de vuelta… ya está… no acabo de ver el Estadio…. Por fin lo diviso… y nos encaminamos al túnel, al túnel que va a darme la recompensa… la entrada al estadio supone que cierre los puños por satisfacción, por prueba superada, por muchos motivos que había para acabar esta carrera,… “195 m con lágrimas en los ojos” decía el slogan… no aparecen, pero la emoción sí me posee… y muy dignamente voy aproximándome a la meta, en donde por primera vez veo el tiempo que llevo… voy a acabar, ahora soy imparable… cada zancada es ahora de satisfacción, mientras miro a una grada que grita y saluda sin que pueda reconocer a nadie.

El vídeo dice que aprieto los puños a media altura cuando supero la meta…. Satisfacción…

Voluntarios se acercan a nosotros…. “Andrés, ¿estás bien? ¿Te encuentras bien?” … “Sí, gracias”, mientras le doy unas palmadas de agradecimiento al voluntario.
 

 El resto es seguir el camino que te marcan los corredores que han llegado por delante de ti… agua… me cuelgan la medalla… y sigo avanzando hacia el túnel donde nos van dando víveres y en el que yo hago por comer y beber… a la entrada de éste, con una cierta perspectiva veo que a los corredores le van dando unos plásticos a modo de mantas… parece una imagen dantesca… todo el mundo cobijados en esos plásticos andando… me vienen a la cabeza películas similares.

Avanzo, solo, no tengo a nadie con quien compartir mi satisfacción… hasta el punto donde tomo el autobús.

Cuando monto, vuelve a ser mi peor experiencia… un autobús atestado de corredores, donde el aire no es suficiente para todos, a pesar de las ventanillas abiertas, y donde me estoy dando cuenta que me están fallando las fuerzas… me agarro a una de las barras, … sudor frío… me flaquean las fuerzas y la conciencia… cada frenazo del autobús me fuerza a agarrarme y me hace más interminable el viaje, pero realmente me falta aire,… no sé si alguien se está dando cuenta que parezco estar en un barco en medio de una tempestad, y el equilibrio no está garantizado.

Cuando bajo del autobús, no sé si sentarme o no, pero la vista está perdida, no tengo la sensación de saber enfocar… hago por entrar rápidamente en el Hotel,… en el hall, pido la llave, suplicando que no tarden mucho… Elena me ve… “Estás blanco, siéntate”... pero después de lo pasado, no voy a rendirme… y logro llegar a la habitación.

Una experiencia, y como muchos me habéis dicho que para cuando la crónica, ahí la tenéis, … aunque el tiempo transcurrido ha diluido algún recuerdo… la satisfacción predomina… más cuando los días siguientes todo han sido felicitaciones… Gracias a tod@s.

Objetivo: 2016, Maratón de Valencia.

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